Cual vitalista seísmo
que estremece las entrañas,
las emociones transitan
por los tejidos del alma.

Una lágrima afligida
o de feliz esperanza,
es tristeza y alegría
en una misma sustancia.

Como perla transparente
que segrega la añoranza,
es un íntimo quejido,
líquido, que se derrama.

La lágrima es una gota
de esa lluvia soterrada
y es el bálsamo agridulce
que alivia de la nostalgia.

Desahogo de las penas
y emoción ilusionada,
sentimiento incontenible…
¡Grito elocuente del alma!