GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER (1836-1870)
Imagen icónica y quintaesenciada del Romanticismo español, también de los antiguos y añorados billetes de cien pesetas españoles (un hecho realmente irónico, dada la miseria económica que le acompañó en vida), genio de poesía inmortal y leyendas deslumbrantes, su verdadero nombre era Gustavo Adolfo Claudio Domínguez Bastida. Tomó para sí el apellido de Bécquer, como su hermano, porque provenía de la familia de su padre, que ascendía de nobles comerciantes flamencos que poseían capilla y sepultura en la propia catedral de Sevilla. Amó a una mujer, Julia Espín, que nunca le correspondió. Se casó a los 25 años con la hija del médico que le trataba la tuberculosis, y que le sería infiel. Sus hijos se contagiarían de la misma enfermedad. Vivió en un Madrid ajeno a su talento, y que le sumió en la pobreza y el olvido. En el lecho de muerte, pidió a sus amigos que publicaran sus obras para que los supuestos beneficios salvaran a su familia de la ruina: “Si es posible, publicad mis versos. Tengo la impresión de que muerto seré más y mejor conocido que vivo” Ni eso obtuvo. Su familia moriría en la miseria pocos años después.
Photo by J.C. Castro
Terrible.