El pasado vuelve, y se hace presente. Ya no duele, no molesta.
No quiero que sufras. No te condenes a mí. No te encadenes a lo que ya no podrá ser. Es cierto, te amé, muchísimo, y hoy te deseo lo mejor, que aparezca en tu vida, el hombre que te pueda contener, y brindarte todo lo que tú mereces. No me esperes porque ya encontré a alguien que me hace feliz, que ha estado cuando más he necesitado, y que me hace la vida más fácil.
No te niego que hubo algún tiempo en que te extrañé, y pensé mucho en lo nuestro. Al día de hoy, ya no siento nada, apenas agradezco a Dios que hayas pasado por mi vida. Sé feliz, sin esperarme porque no he de llegar a tu encuentro.
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