Quise ser brisa de tu despertar
indultado por la madrugada
y el silencio de este atardecer
que vacía de flores el jarrón.
Me vi niño en mis arrugas,
con mis rodillas sangrando,
pero tu boca se fugaba de la mía
como el corazón juega a atrasarse.
Cambié lecho por olas
caricias por espuma y sal,
pero mi sueños eran de papel
con relojes sin manecillas.
Acabé desnudo ante el espejo,
enterrando el futuro en la almohada,
pariendo poemas inacabados
y aplaudiendo el latido que vive en mí.
Photo by lucaskuriger