Lo que mi arsenal de argumentos esquivos
ha provocado, es la privación de tenerte
toda, tan libre, tan tú, llena de motivos
sin prejuicios que te aten a la suerte.

Es tan inútil mi razón por entenderte
que muda queda, desolada en mi postigo.
Quien pudiera quedarse con tu abrigo
bien pudiera burlarse de la muerte.

Ya no valen mis reclamos por saberte.
Si al final mi testimonio es el frío
que deambula necio y envanecido

Y en el juicio sumario del olvido,
es el esquivo argumento del vacío
el motivo que resume no tenerte.