Reanudamos las entrevistas, en esta ocasión con una mujer especial. Ya conocéis todos a Ángeles Cantalapiedra. Si no es así, deberíais.

Cuando hace como un año Ángeles arribó a las playas de Desafíos Literarios yo pensé que no encajaría. Yo quería construir una comunidad de escribidores un poco locos. Hay quien dice que tengo alma de hippy y desde luego, trato de ser abierto a mi manera.

El caso es que yo no vi a una mujer sino a una niña, porque Ángeles tenía y tiene ese aire de chica bien, de cierto tipo de familia española. Me la imaginé, como esas colegialas distantes, volviendo de clase por la calle con los libros ocultando el pecho. Rubia, de ojos exageradamente azules y preciosos. Imaginé a su madre satisfecha, peinándola orgullosa de su cabello rubio. Perfectamente educada pero con mirada traviesa. Pensando estaría su mamá sobre si debería matricularla en el conservatorio para que estudiase piano, por ejemplo, para educarla bien y engalanar más aún su de por si espléndida doncellez.

Lo que estaba diciendo: yo la vi y me dije: va a ser demasiado convencional. No encajará. Porque nosotros no somos revolucionarios, pero somos simplemente… todos distintos.

Además de ser una señora guapa, con clase y, para colmo, vallisoletana… Si te gusta leer, Ángeles Cantalapiedra, sin duda es una buena opción. Todos la respetamos como merece y especialmente como escritora y además la queremos como amiga.

He creído descubrir un viento dentro de su cabeza, que le hace fruncir las cejas y parecer algunas veces un poco más incómoda, pero más humana. Algo como una preocupación… Además de traviesa, su rostro tiene mirada de artista.

Licenciada en Geografía e Historia por la Universidad de Valladolid. Profesional en el ámbito comercial en banca. Le gusta vivir, reír, viajar, sus hijos, el flamenco, los amigos, sentirse útil. Lectora compulsiva. A los quince ya tenía un buen dosier de artículos de Miguel Delibes y Francisco Javier Martín Abril.

Ha colaborado en diversos talleres literarios. Sus relatos han sido publicados en la II Antología de narrativa de Humor, de la Asociación de Escritores de Mérida, Venezuela, así como en la III y IV Antología de narrativa entre Eros. Premios Karma Sensual por su relato erótico “El tren de las colinas del té”. En 2016 la Mención de honor por el relato “Aguas mansas” por el Instituto Cultural Iberoamericano.

En el 2017, finalista en el concurso de “Relats d’amor” en el X Premis Literaris Constantí con el relato “Salustiano el flores”. Tiene tres blogs; uno de humor “Me llamo Lola” Otro de relatos “Ángeles y sus cuentos” Y el tercero “Íntimo y Personal”

Su primera novela publicada en 2016 es SEVILLA…GYMNOPÉDIES, que ha recibido el premio en la feria del libro de Madrid 2016 como MEJOR AUTORA NOVEL.

En 2017 publicó MUJERES DESCOSIDAS.

¿Y ahora qué? A la espera de que salga su tercera hija “AL OTRO LADO DEL TIEMPO  y comenzando a escribir la cuarta ¡Le encantan las familias numerosas, claro!

¿Qué le ha enseñado la escritura? Que la vida es grande, muy grande y si ésta no te ha dado la oportunidad de vivir como tú quisieras, ahí están los escritores para ayudarte a vivirla.

 

Defínete si te atreves…

—“Una disfrutona” seria con tintes humorísticos. En mis dos novelas, “Sevilla…Gymnopédies” y ”Mujeres descosidas” lo puede comprobar

—¿Te documentas en la lectura, en viajes, escuchando historias de la vida real o simplemente recoges los datos que te dicta tu fértil imaginación…?

—Una de las partes mágicas de escribir es el encuadre realista que des a tus escritos, es decir, documentarte. Al lector debes ofrecerle una pátina mínima de cultura, de realismo.

—¿Piensas que escribir requiere un mínimo de locura?

—Es una mezcla de realismo, sensibilidad, imaginación y locura. A la locura la apodo “Mi lado histriónico”

—¿Crees que crear literatura es el resultado de algún problema afectivo o de un desbarajuste genético?

—Sin duda escribir tiene su lado terapéutico; es una manera de conocerse.

—¿Qué es exactamente lo que te hizo querer comunicarte escribiendo?

—Fue en un momento de mi vida en que me quedé incomunicada con el exterior aunque muchos años después descubrí que a los 15 años ya quería escribir.

—¿Eres metódica o te dejas llevar a la hora de escribir?

—Soy un animal de costumbres. Requiero una serie de elementos para ponerme manos a la masa

—¿Tienes algún tabú o algo sobre lo que jamás escribirías?

—Los tuve y me ha costado sudor y sangre vencerlos. La violación y la droga. Uno lo vencí con mi novela “Mujeres descosidas” y con el relato ganador “Aguas mansas” y otro lo vencí con un relato “En primera persona”

—¿Qué es lo qué menos te gusta del mundo del escritor?

—Que no te tomen en serio, llegar al lector y la distribución de tu trabajo

—De pequeña soñabas con ser…

—Pianista y periodista

—¿Te persiguen tus personajes?

—Sí, y no paro hasta ser ellos. Necesito sentir, ver, pensar, reír, llorar… como ellos.

Y cuando me despido para que vuelen por sí mismos es un momento bellísimo. Es una mezcla entre madre y la nostalgia de Cenicienta al quitarte el traje con el que has vivido durante un tiempo.

—¿Cuál es la razón que te llevó a mostrar tus escritos? Dime un libro, un personaje y un autor que formen parte importante de tu vida.

—La razón fue el ser una persona corriente capaz de comunicarme con la gente. Hoy no sé decir sin letras

Más que un autor, diría varios. Por orden cronológico son Francisco Javier Martín Abril, periodista, poeta, ensayista y cronista español. Delibes, Martín Vigil, Almudena grandes, Gironella y Rosa Montero, nuestra flamante premio Nacional de las Letras españolas, muy merecido su premio.

—¿Sueños?

—Dos. Que me lean y poder escribir algún día en un periódico, revista o semanal.

—¿Cuál es el texto del que te sientes más orgulloso?

—Me siento muy orgullosa de mis tres hijas, Mujeres descosidas, Sevilla…Gymnopédies, premio Escriduende de la feria del libro de Madrid 2016. y la última que aún no ha nacido al público. Y de relatos hay tres que me enorgullezco de haber sido capaz de escribirlos “Salustiano el flores”, “El tren de las colinas del té” y “Tacos y fríjoles con tortilla de patata”… Los dos primeros están premiados.

—¿Qué novela famosa te hubiese gustado escribir tú y no su autor?

—La trilogía de la guerra civil española de Gironella

—¿Tienes algún truco para burlar el mal de la página en blanco?

—Trucos no, manías, sí. Por ejemplo tengo que escribir con flexo, en silencio y corregir con música ciertas cosas y… hay días que no he sido capaz de escribir. Mi alma, mi corazón, mi cabeza, no hablaban. Me levanto y me largo al mundo a cargar pilas.

—¿Sigues algún ritual antes de ponerte a escribir?

—Sí. Café, periódicos, tabaco y mi blog de notas.

—¿Crees que todo escritor es un enfermo de vanidad, o de soledad?

—He tenido la suerte que los escritores que conozco son gente maravillosa. Alguno hay y procuro retirarlo de mi vista. Y para mí, la soledad es fundamental a la hora de crear y encontrarme con mi yo más oculto.

—¿Qué debe poseer un escritor?

—Según Bécquer, imaginación, pero yo pienso que además debes tener la sensibilidad a flor de piel para captar lo que la vida te susurra y la gente te dice. Y sobre todo: Mucho trabajo, ilusión y humildad.

—¿Te gusta el momento literario actual? ¿Por qué?

—A veces sí y a veces, no. Hay muchas oportunidades, existe la auto publicación, llámese también formato concursos, más maneras de que te lean como las redes sociales y los blogs… Sin embargo, si aspiras a algo más, se sigue la tónica del padrino y si no lo tienes es dificilísimo darte a conocer. De todas formas, procuro alejarme del mundo literario; me produce ansiedad y apaga la naturalidad y frescura que puedan tener mis letras.

—¿Cómo lleva la gente de tu entorno, la que te conoce bien, tu faceta de escritor?

—Con muchísimo humor y haciendo suyos mis proyectos.

—¿Qué tratas de esconder de ti mientras escribes?

—Nada, es imposible esconderme. En cualquier reglón o palabra está la persona que soy.

—¿Cómo conociste desafíosliterarios.com y qué es lo que te hizo querer formar parte?

—De una manera muy divertida que la recuerdo con mucho cariño. Fue una conversación con Enrique Brossa, y hoy estoy muy satisfecha de ser parte de la familia de Desafíos Literarios, porque todos son grandes personas desafiando cada día a las letras

—¿Cuántas decepciones?

—Unas pocas, como cualquier persona corriente, pero si las sabemos aprovechar a nuestro favor, bienvenidas sean pues nos hacen más receptivos y humanos.

—¿A qué sigues siendo fiel?

A mis amores

—¿Qué temas incendian más tu imaginación a la hora de escribir?

—Cualquier cosita me viene bien, aunque no todo me provoca unas letras. Antes tiene que llamar a mi corazón y si soy capaz de escucharlo, me subo a la nube y…

—¿Qué nos vas a aportar con tu última novela?

—Al otro lado del tiempo es la historia de un erudito y soñador, Abelardo, que ve cómo su pueblo se muere de inanición y va a quedar sola su Catalpa Bunguei, su árbol. Es una novela coral en la que aparecen los problemas sociales de hoy en día tratados con humor y sobretodo optimismo. Es mi Quijote personal o un guión para que vuelva Berlanga