El silencio sabe a acre olvido.
La palabra callada y el recuerdo,
desvaído, es el botín fatal del tiempo.
La triste ausencia del ser querido,
ignorada y callada por los años,
es dominada por el atroz olvido.
¡Ah! Vanidad de vanidades…
¡Falaz mentira! Todo afán baldío
y toda autoestima pasajera.
El tiempo pone las cosas en su sitio:
tu existencia acaba en el olvido,
cual accidente en el vagar del mundo.
El silencio sabe a acre olvido,
pues el sonido de tu fugaz presencia,
es el eco sutil de un espejismo.