-Mírales sonreír…

Se dicen todo sin apenas mover los labios. No lo saben pero dentro de algunos años, el corazón de uno va a latir al compás del otro. Ella, con sus pequeñas manitos, atrapa las suyas.

Él le conversa, en un lenguaje que ambos entienden. Y entre carcajadas, y caricias inocentes, asumen una complicidad tal que será el arma más fuerte que los volverá a unir en el futuro.
Fueron apenas unos días juntos, los suficientes para que luego de veinte años, una tarde primaveral, la vida les regale el reencuentro, y tanto Mia como Noah, entenderán que se pertenecen el uno al otro.