AHORA…
Ahora, que sobran predicadores
de nuevos milagros sin realidades,
prestidigitadores de las oscuridades,
cruzados y devotos de nuevos albores.
Amanecen húmedos mis humedales
ante el preámbulo de tu piel sin pudores.
Ahora que están lejos mis mocedades.
Y mis albas más claras que tus temores.
Traen al epílogo de mis juventudes,
preludios de lunas sin soledades
y atardeceres sabios y sin dolores.
Sin la inocencia que sueña con resplandores.
Y el fuego que emplaza a los pecadores,
va la experiencia, que viene sin tus verdores.