Ven amor, apaga la luna…
Y acuéstate,
hace muchos latidos
que mis labios ansían saberte.
Deja los prejuicios y tu falda en el tapete,
afuera el barrio está dormido
y el cubo de la basura
ya selló su suerte.
Desbordemos como ríos
nuestros cauces inminentes,
labra con tus dedos
palmos de mi piel inerte,
bebámonos los labios
en besos transparentes,
mátemos al frío y sus resabios
sin la duda de la muerte.
Ten el corazón y préndelo.
abrásalo con tu lengua
remiéndalo con tus dientes.
Ven amor a mi deseo
que se desvive y no mengua
porque requiere tenerte.
Y en un diluvio de truenos
el cielo en celo,
ya selló su suerte.
Nos bautizó con lluvia
que ahora cae silente.
Eros ha cruzado los dedos
y nos bendijo en la frente.
Ven amor, abrasemos al fuego
que nos emula insolente.
Me he amarrado a tus senos
te has empotrado en mi vientre.
Lamiéndonos la vida
revolcándonos los sueños
la noche selló su suerte.
Corre por nuestras médulas
un río de savia caliente,
el cielo se viene en trozos
con aletazos ardientes…
Me aferro a tus ojos
con su mirada naciente.
Quédate amor,
desvístete con mis versos…
Y préndelos para siempre.