Te desnudaste frente a la cama

y oigo tus palabras de amor y deseo

y por primera vez en mucho tiempo

el amor no fue furia melancólica

ni bestia agazapada

ni cuerpo acuchillado

ni botín ni mercancía

ahora el teléfono marca y suena ocupado

ocupado

ocupado

como tu corazón

¡Voy a mandar a todos los escritores a la porra!