Te presentas como aroma
y alteras mis memorias,
y mi piel siente tu esencia
que reviven felices horas
enmarcando los recuerdos,
humectando mis labios secos
ruborizando mis mejillas
al recordar los fogosos encuentros
y las mojadas despedidas,
y resucito,
y me elevo,
y gravito,
suspendido en recuerdos
una dicha me conquista.
Te huelo risueña,
teniendo los mismos recuerdos
mordiendo tus labios frescos
sintiendo aún mi ritmo
deleitante en embestidas
acalorando tus mejillas
deseando la hora de los encuentros
no queriendo que haya despedidas
y te regocijas,
y te erizas,
y levitas,
atada a las sensaciones
entre calorones te agitas.
Te huelo a osadía
mezclada con travesura
y algo de picardía
es un olor intenso
que penetra cualquier fibra,
y aromatiza,
y atonta,
y perturba,
una fragancia que no se quita,
seduce el olfato
apurando las horas
para que se dé pronto el momento
mientras nuestros deseos
secretan las feromonas
de nuestros laboratorios cuerpos
desatando la química
tormenta de nuestros efluvios
que nos mata
y nos resucita
hasta el aroma de la próxima cita.