Al amparo de los sueños busco cobijo
con una letanía que musita su paciencia,
se apartan las piedras negras del camino.
Y hace nido el amor por tu querencia.

En la distancia se afincan las ausencias,
se refrescan en tu río las memorias,
afanosa e incansable va mi penitencia
pernoctando en el mito de tus glorias.

El sol despeja la niebla temprano,
duele el inasible vacío que cala,
tormento de letras desamparadas.

Quién iba pensar que en tus manos
encontraría pretexto mi escala…
Y refugio en tu entrañable mirada.