No es la razón, la voz que lleva el viento,
que va buscando amor antes perdido;
porque muy pocas veces ha ocurrido,
que casen la razón y el sentimiento.

Amar es un encanto y un tormento.
Fogoso ardor, afecto resentido.
Inversa la razón, siempre ha servido,
para tener cordura y buen talento.

El amor, sol radiante, o tenue vela.
La razón, rectitud. No forma parte,
de círculo, parábola o gabela.

Porque el amor, casi nunca es baluarte,
la razón, marcha sola aunque nos duela.
¿Razón y amor? Caos no se descarte.

© Gregorio Tienda Delgado.