El corazón cuaja a golpe de fragua.
Y madura en la soledad y sus temporales.
El cielo es la bitácora de su alma,
que guarda en silencio tempestades.

La lluvia es savia que genera sueños.
Y las palabras paren letanías verdes.
Hay en el cielo alas de pájaros
que guían esta travesía si se pierde.

Una fábula del viento vaga en los andenes.
mi pluma apura los versos de un poema.
Ya no hay fuego que me queme.

Va la sangre a galope por las sienes,
Al olor de tu piel se agitan mis venas.
Y la vida late para que mi verso abreve.