La luz entrando por mi ventana
tiene manos de seda al acariciarme,
pero también trae un murmullo que habla
con la boca que nunca quise escuchar.
Huelo el frío aliento que me desnuda
cuando el cielo se pinta de sangre
y una nube se estira hasta rozar el horizonte.
Mastico la humedad agria de este atardecer
siguiendo el señuelo que invita a besarlo,
tumbándonos juntos sobre la almohada.
Presiento el combate en el aire ionizado,
en las dilatadas pupilas de esas calaveras,
en el nervioso tic-tac que es grito y trueno.
Pero desde afuera,
sobre el ocaso contra el que rebotan mis ojos
igual que si fueran una hoja de otoño al viento,
una voz ( ¿la tuya?) me dice que comienzo y fin
son pasajeros de tren con un mismo destino.
➿➿➿
(Plaquette de poemas ‘Jardinero del tiempo’)
Photo by K.B.L. Luccia-1.000 pic