“Si bi biseccionas una piedra, tendrás miles de arenas”.

Liquida la tienda si te roban abril
que mayo febril se pinta de quiebras.
Quien quiera zafarse de la vida fútil
se venga a mi playa que llora quimeras,
que no traiga distancia, ni se vista de gris
que el verso se colma de vida y colmenas.
¡Bien haya, la hora! y el cielo con rojo sutil
porque el verso que traigo no tiene banderas.
Si alguien se atreve a liarse con este infeliz
que alce la mano cerrada, por seña insurrecta.
Descalabro del estatus con labia en verbena,
por este verso que labro y escribo en las piedras.
Bendito el verso que escancio, y no aceda patenas,
avieso el verso que ladro, y muerde a la luna llena,
le rasga la falda, la huele, irreverente le invita la cena
Ossobuco al pecatto, con lazos, y el amor en faena
sin recato, los besos y caricias mitigan las penas.
Un verso sin malicia que no llora, ni amarga el canto.
Solidario irrenunciable, es el verso que abrazo;
insolente y mamarracho que tiene en el pecho,
dos corazones cuajados de arenas.