PALOS DE CIEGO
“Estoy triste porque nadie me regala un río”
Jaime Sabines.

Los motivos del insomne y su desvelo
son temores que recrudecen con el día.
Y se necesita una caricia de sosiego.

La vieja costumbre de alzar el vuelo
se ejercita ante la página vacía.
La vida sigue dando palos de ciego.

Estoy triste porque no tengo un río
limpio, y semejante a tu Guadalquivir.
La esperanza, insalvable en el hastío.

Los sueños que se mueren por vivir
refugiándose en la página y su estío,
vacío obseso que te busca en su latir.

Anclo en el remanso de tu vientre,
-préstamo del cielo para el futuro-
antes que el olvido me encuentre.

Sigo tus pasos como un perdido
entre aposentos vacíos y oscuros
que el tiempo ha dejado vencidos.

Y va mi huella buscando postigo,
que Dios nos ampare en lo duro;
estoy en deuda de amor, doliente.

Te dejo mi abrazo de abrigo
y un beso que saque de apuros
cuando la vida te enseñe los dientes.

Cuando la luna se duerma conmigo
y el sol me despierte naciente
veré la luz que nace en tu sino

Sin ser el ciego que vive silente.
Mi letra ha encontrado su delirio,
-que Dios nos ampare por siempre-

Y resguarda los apegos desvalidos
que la vida nos reserva sin pariente
en la esquina solitaria sin ausentes.

En la esperanza del proscrito revalido
la fe del regreso que firmo y juro.
con un canto que sea augurio de futuro.

Y acuse las dolencias del presente.
Yo me caso con la musa, y sin perjurio
acopio versos escritos en su vientre.