Vibran las estrellas,
suena una trompeta;
el blues se enciende
cuando la noche se apaga…
en la mirada que vende,
con las risas que regala.
El aire trae fragancia y sudor,
solo sombras como único sol;
la piel manoseada y húmeda
con besos que nunca besan,
entre paredes que la empujan,
bajo deseos que otros desean.
Retumban las baquetas
la melodía frasea abierta;
Satin Doll se pierde
cuando ella acaba…
en los lamentos que desprende,
con el vacío que le amarga.