Este viaje con mapa en blanco
que no pretende ni dibuja ruinas,
es un viraje lejos del barranco,
canto que no despluma golondrinas.
Me desvía del insomnio y del estanco
que sucede entre luces citadinas.
Estalla un latido que abre flancos,
y da pasos entre sombras anodinas.
Con caídas de sosiego en quebranto,
va arrastrando las penas oscuras
que florecen a la sombra del llanto.
No sé si abrigaré en mi cordura
una nostalgia que ocupe tanto
como mi (des)amor por tu locura.